wolfmon

“Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo pero porque no sois del mundo sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo os aborrece”.(San Juan 15:19) Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris... nescio, sed fieri sentio et excrucior.

sábado, 23 de enero de 2021

 

                      Odilon redon- The black sun

Una nebulosa entra en los días, aparta la belleza, nos deja rígidos. 

Esta realidad descabeza a dioses y sirenas de los mascarones de proa.

Los sentidos en el sinsentido.

Ya era el mundo complicado, ya era pesado, pero tenía su destello, sus noches y lunas, su viento de verano, su corta melodía ya tarareada, repetida con gusto.

Ya era un mundo complicado, ya era una lucha y pequeñas siestas de descanso. Ahora no sabemos, ahora no, realmente no somos, solo nos mantenemos a ver qué pasa, a ver que les pasa, a ver que viene, si el mundo, si todas las cosas fuera de nuestra casa nos dejan de apuntar con este fusil mundial llamado pandemia.

Tantas cosas se han desenmascarado, tantas cosas se han mostrado, la humanidad, este mundo, relativamente nada está en sus manos.

Esta bofetada de humildad en la existencia que digerirían los inteligentes y el inevitable engaño de decirse que no fue nada, solo unos meses y después como si nada, que tendrán que creerse los ignorantes para poder si quiera tenerse de pie.

Nos queda alguna hora de silencio para pensar, ahora por la noche, antes de acostarse en cada nido, como lo que somos, seres indefensos en este planeta, otros más.

Todo puede parar, ya lo habéis visto, todo puede parar, todo puede pararnos, nuestros viajes, nuestro estilo de vida y hasta nuestra forma de actuar, de ser y reducirnos a lo más básico de un ser y sus necesidades primarias.

¿Dónde está la dulce melodía que te conserva en tu esencia al acabar el día?