¿Algo que celebrar? Una buena
visión, un buen momento, celebremos el momento, el despreciado momento, el
momento, él solo como un perrito abandonado parece no servir para nada si no es
en manada, manadas de momentos que nos lleven a una eternidad.
Pongámosle música
a un buen momento, pongamos una carretera sin frenos al frenesí antes de volver
a caer en la cuneta, antes de desear otro momento, otra visión, más, más, más,
nunca menos, nunca tan infrecuente. El ansia te devora la piel pero la piel ya está
acostumbrada a renovarse para ser nuevamente devorada, aunque sangre, aunque
duela, celebremos el momento con los brazos en alto como locos al sol, como
ciegos buscando la luz, celebremos que aún hay algo, que cae encima un momento
y podemos sentir su golpe en nuestro estomago y como cual epidemia llegue a
todo nuestro cuerpo, por un instante, por un momento!
¿Qué nos queda sino ansiar
esos momentos, cuándo vendrán, cómo de llenos vienen cargados o quién nos los traerá
en bandeja de plata y un lazo rojo?
Devorar la vida en la completa hambruna.
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