Si no luchas por lo que crees es que
no crees en nada y si no crees en nada no tienes nada.
No son palabras bien sonantes para
que queden fútilmente inteligentes escritas, son un reproche a la gente, a
su vida porque la vida de la masa nos afecta a todos, más aún una masa que no
tiene nada, vivimos una civilización absurda, la crueldad en el pasado pudiera
ser excesiva por las continuas conquistas y guerras pero la crueldad del vacío
de esta civilización es sorda y aceptada lo cual la hace tanto o más cruel que
todas las habidas hasta el momento.
Yo por creer… creo hasta en los
deseos perdidos, esos que la vida te va quitando.
Y cuando conoces a la vida sabes que
no conoces nada sabiéndolo todo, este tiempo, estas horas que van colgándose en
nuestra piel, esta consciencia de la nada, del qué hay, que soy, que es esto,
que tengo, que deseo, que he vivido, este tiempo que hay que refrenarlo a
mordiscos de regusto, a mordiscos en la piel, que me tengo, que la tengo, que
estamos, que siento, que existe porque todo lo demás flota y nos vuelve
imbéciles como una legaña que cubre todo el ojo, afeando la mirada.
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