wolfmon

“Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo pero porque no sois del mundo sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo os aborrece”.(San Juan 15:19) Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris... nescio, sed fieri sentio et excrucior.

sábado, 11 de mayo de 2013



La tragedia y la melancolía posiblemente sean los hechos y sentimientos más sólidos y estables de la vida.
¿Irónico no? Nunca pasan o se desgastan como las relaciones u otros sentimientos manipulables por el hombre o terceros que influyen en tu sentir (¿Si no cómo es posible que uno deje de querer si le dejaron de amar? Simplemente todo es un gran negocio de inversión y rentabilidad y no un sentimiento eterno puro) Siempre hay algo que pierdes o perderás, incluido a ti mismo, siempre hay algo que recordar que te hace volver a lo que eras por un instante, ellas dos, tragedia y melancolía no decepcionan, no varían, no cambian, siempre están ahí para recordarte en que lugar estan las cosas, la vida como una lágrima en el cosmos, lo que pesa el aire, el momento y quien eres.
Quien este ciego y solo intente ver que todo en la vida se supera y olvida, que todo es un constante guateque de tonterías y trivialidades de la rutina, que estar rodeado de gente es estar a salvo es que simplemente no maduró y cuando llegue el susto será definitivo y letal, lo peor de todo no podrán admirar la verdadera sustancia de la realidad, ver la belleza de lo oscuro y de lo perdido, porque la belleza ahí si es eterna y aquí chicos y chicas lo que os dure una belleza os lo dirán los años, solo los años, unas míseras decenas de años de supuesta plenitud física alocada sin consciencia alguna de el sentido de la vida, de ser ciego al terror, al drama, a la perdida. 
La vida es sintonizar con la belleza eterna, tener esa certeza porque de lo perdido viniste, naciste y a lo perdido llegarás tarde o temprano irrefutablemente.


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