Los cuentos terminan y terminan mal
porque la realidad los termina y ella tiene su propio guión.
Siempre dije, clavo ardiendo, agarrarse
a un clavo ardiendo para no caer, ahora no se si opinaría lo mismo...casi me
quedé sin mano!
¿Por qué a un clavo ardiendo, para
sentir, para vivir, para soñar?
¿Por qué siempre ser maldito?
¿Por qué el sino es pasar
maldiciones o pasar sin siquiera pestañear?
No, no, no, no, no estoy para ritos
forzados pero eso sí, cantaré la canción cuando y donde quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario