No es una mirada agotada, tu paciencia, por este desolado interior, todas esas piedras mentales que aplastaron, esta culpa mía de no saber ya respirar con aire, lo que vale un fallo, lo que vale la estupidez, lo que vale se me cobra, yo te sigo idolatrando pero seco estoy en mi, seco de no disfrutar una mañana, seco de no disfrutar una mirada.
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