Entre lo
grotesco y el amor, hoy vi un niño, vi algo en el que me hizo recordarte, en
unos segundos estabas ahí, como en otro momento ya vivido, y yo con la misma
sensación de aquella vez, esas
sensaciones que se pierden en espacio-tiempo, la misma imagen, de repente
un rio que inundaba estos adentros
cuarteados, de repente florece ese momento con sus tallos y estigmas llenos, con
amor, con cariño, con entrega automática, limpio como en ese momento, deshecho
en regocijo. Eso queda… en cualquier momento se nos presenta y a las horas,
días el espejismo de inundarnos de sensaciones desaparece para volver a atormentarnos
en otro momento, en otro mal momento…¿Siempre nos vendrá ese espejismo
repentino de lo que pudo ser un oasis en el desierto de la vida? Que locura, te
recuerdo con una niño con su comic nuevo, de repente su mal humor almacenado
desapareció, se quedo mirando mientras caminaba por esas calles caóticas de la
capital, callada, intentando comprender que lo que tenía en sus manos era bueno
y era una sorpresa, de repente un regalo, caminaba y miraba el comic fijamente,
seguro pensaba” Es LoBo como lo conseguiría, este número! esta edición!” y así
su rabieta voló tan rápido como vino, tan rápido como la reacción de un niño,
esos momentos de ternura han existido en un clímax extraño, tanto de visitante
como de visitado pero esos momentos han sido reales por mucho que intentemos no
pensarlos como reales o más bien no nos concuerde con el sonido que suena. Y
hasta aqui un flash, en un día silencioso y nublado pero no del todo árido.
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