wolfmon

“Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo pero porque no sois del mundo sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo os aborrece”.(San Juan 15:19) Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris... nescio, sed fieri sentio et excrucior.

miércoles, 25 de julio de 2012

En esta semana el vacío y el gasto interior me ha dejado sin creatividad ni gana alguna pero al
menos tengo algunas buenas citas por fortuna ya pensadas...

No perdonar nunca; olvidar mucho. No odiar nunca; despreciar a menudo.

El peligro se ha hecho tan grande para cada individuo, cada clase, cada pueblo, que es deplorable el pretender engañarse. El tiempo no puede detenerse; no hay prudentes retornos, no hay cautelosas renuncias. Sólo los soñadores creen en posibles salidas. El optimismo es cobardía.
Hemos nacido en este tiempo y debemos recorrer violentamente el camino hasta el final. No hay otro. Es nuestro deber permanecer sin esperanza, sin salvación en el puesto ya perdido. Ese honroso final es lo único que no se le puede quitar al hombre."

¿Es el pesimismo, necesariamente, signo de declive, de ruina, de fracaso, de instintos fatigados y debilitados?
¿Cómo lo fue entre los indios, como lo es, según todas las apariencias, entre nosotros los hombres y europeos «modernos»?
¿Existe un pesimismo de la fortaleza?
 ¿Una predilección intelectual por las cosas duras, horrendas, malvadas, problemáticas de la existencia, predilección nacida de un bienestar, de una salud desbordante, de una plenitud de la existencia?
¿Se da tal vez un sufrimiento causado por esa misma sobreplenitud?
 ¿Una tentadora valentía de la más aguda de las miradas, valentía que anhela lo terrible, por considerarlo el enemigo, el digno enemigo en el que poder poner a prueba su fuerza?





No hay comentarios:

Publicar un comentario