Fue demasiado tiempo que viví de modo salvaje entre salvajes, ahora cuando soy más consciente que el menos salvaje soy yo, ellos me coronan como el extraño, alabadme sino como la lengua de todos los despreciadores en mi reino de hornos y glaciares. Yo no he aprendido a callar por alimentarme de la soledad de otros con el cobijo de los necesitados. Sobre todos los símbolos y sobre todas las verdades no escucho sus voces, no voy a aligerar mi carga para ser otro burro en la manada. Desde mi experiencia y trato, el resto son siempre son demás, los triviales, los sobrantes, los demasiados, todos esos cobardes! Te saldrán siempre al encuentro cadáveres y bufones, gentes de medias tintas que ni logran encadenar una frase que valga escribirse y todas olvidarse. Cuando ella te quiso hacer penoso…por no mirarse a la cara. Ay soledad de buen modo me guías y librarme de conocerme mal a mí para soportarlos a todos ellos! Los basureros contraen enfermedades a base de remover entre la basura entre pestes malsanas, como la gente en su trato común en cambio yo respiro arriba, alejado, elevado. ¿A quién llamáis amigos? Aprended a seguir tragando mierda, es el camino de todo humano entre escombros con nombre y alientos pútridos. Hasta los puros y solitarios, hasta las alturas que se bastan a si mismas! En la solitaria altura, elevado quien permanece, yo no fui quien bajo de ella dejando atrás vientos, heladas y un sol que quema la piel, esto ha curtido todo un alma mientras los demás bajan al rio a lavarse los pies.