Pero ni es tan fácil contentarse con
eso, intentar quererme por mi individualidad intensa, ciertamente alejada, tan
distante de los demás en lo más profundo, estuve pensando en la individualidad,
la diferencia entre uno mismo y lo demás y pude ver el terror de pensar que
somos una vía de tren que al final acaba siempre en el mar, ese mar homogéneo,
inmenso, el todo, por eso el final sería
formar parte del todo o de la nada. Lo peor de eso es que no habría ningún
rastro de la individualidad, del ti mismo, podría ser parte de tantas cosas que
no comparto ni tengo aprecio, por eso tenemos el lujo de ser uno mismo en la
vida aunque eso te acarree estar solo o que no te contente los demás dolor o
sueños, lucha, etc. Tengo que pensar, estoy, soy, y si, quien sabe siempre por
supuesto habría algo aún posiblemente el doble de ti, mejorado pero ¿Y eso? ¿Existe?
Sin caer nunca en la
superficialidad, en el egoísmo a la vez con ese componente venenoso del que
pensó siempre demasiado…
Voy a respirarme.
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